“En el principio era la Palabra, y la Palabra era con Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio con Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe”
Santo Evangelio según San Juan 1, 1-18
«Próspero – Tengo compasión de ti. Me tomé la molestia de que supieses hablar. A cada instante te he enseñado una cosa u otra. Cuanto tú, hecho un salvaje, ignorando tu propia significación, balbucías como un bruto, doté tu pensamiento de palabras que lo dieran a conocer.
Calibán – ¡Me habéis enseñado a hablar, y el provecho que me ha reportado es saber cómo maldecir! ¡Que caiga sobre vos la roja peste, por haberme inculcado vuestro lenguaje!»
Shakespeare, La Tempestad.
Pintura removida de un muro donde se talló una carta dedicada a una víctima de la violencia en Ciudad Juárez.

Pintura removida de muro, texto tallado
2016


